Durante las primeras horas de la mañana del 17 de noviembre de 2013, los agentes del 911 del sur de Florida (EEUU) recibieron una llamada angustiosa:
«Un coche de cuatro puertas de color blanco o plata iba en dirección contraria a unos 160 kilómetros por hora«.
Momentos después se produjo un tremendo accidente cuando ese vehículo se estrelló frontalmente contra otro vehículo en el que viajaban dos mujeres jóvenes.
La conductora del vehículo que produjo el accidente, Kaila Mendoza, había twitteado esto sólo unas horas antes: ‘2 Drunk 2 Care’, que sería algo así como «Demasiado borracha para que me importe«:
Tras el incidente más tarde recordó:
«¿Cómo terminé en el Sawgrass Expressway? Me gustaría saberlo«.
Las chicas del otro vehículo tenían ambas 21 años de edad, se llamaban Kaitlyn Ferrante y Marisa Catronio, ambas eran las mejores amigas. No sobrevivieron a la colisión.
Marisa fue declarada muerta en el mismo lugar del accidente y Kaitlyn falleció en el hospital varios días más tarde.
«Me rompe el corazón… Cuando me enteré de que no sólo había originado un accidente, sino que las dos chicas a las que accidenté habían fallecido, hizo que me preguntara por qué no había muerto yo también«, dijo Mendoza.
Como resultado del accidente, Mendoza fue condenada a 24 años de prisión y a seis años de libertad condicional. Además, se le prohibió conducir durante el resto de su vida.
Antes de que ella recibiera su sentencia, Mendoza hizo una declaración de remordimiento ante el tribunal:
«Todo esto puede ser por mi culpa, pero al final del día, soy un ser humano como todos los demás«, dijo. «Tengo un corazón, y dolores de todos los días. La culpa es abrumadora«.
Su decisión de conducir esa noche, y posteriormente acabar con las vidas de las dos chicas, la ha dejado con un inmenso pesar.
«No importa cuánto tiempo pase, nunca saldrán de mi corazón. Pienso en ellas todos los días y me arrepiento de mis decisiones todos los días«.
Su único deseo es que sus malas decisiones puedan influir en los demás respecto a la conducta de beber y conducir.
«Quiero hablar de este accidente con todo el mundo para evitar que esto vuelva a suceder«.
Para las familias de Kaitlyn y Marisa el daño está hecho, ya que nunca volverán a ver a sus seres queridos.