Todos conocemos el estereotipo de los problemas de celos infantiles de los primogénitos cuando llega un nuevo miembro a la familia. Si bien puede no ser cierto para todos, al final el estereotipo se puede aplicar a todo tipo de familias, sean niños… o sean animales. En este caso, el niño en cuestión es un gato, apropiadamente llamado Cato, y el nuevo miembro que llega a la familia es un cachorro de perro. Cato se ajusta al estereotipo como un guante, por lo que sus sentimientos acerca de su nuevo «hermano perrito» más claros no pueden ser.
La dueña de Cato ha comentado el vídeo para hacer frente a algunas de las preocupaciones de los espectadores, y quiere que todos sepan que ninguno de los animales estaba en peligro en esta situación. A Cato sólo se le permitió ver al cachorro por la ventana, y no fueron introducidos juntos hasta mucho más tarde, después de haber tenido un poco de tiempo para acostumbrarse a su presencia. Su dueña dice que él todavía parece estar molesto por tener que compartir el centro de atención, pero que ahora el perrito y Cato coexisten bien.