Mientras que el perro moderno casero es bastante diferente de sus antepasados lobos, en mi experiencia personal, parece que los gatos nunca pierden la mentalidad depredadora de sus primos más grandes, como leones, leopardos y tigres. Es fácil saber lo que un perro está pensando, pero los gatos parecen ser tan impredecibles como cualquier otro animal salvaje. Honestamente, a veces pienso que los perros son como un niño pequeño que está tan feliz de estar en tu compañía, mientras que los gatos solo toleran tu presencia, porque les das alimento y refugio.
No es que no me gustan los gatos, pero acabo de encontrar una diferencia en su actitud que hacen que sean bastante intrigantes. Los gatos son mucho más serios que los perros. Los gatitos suelen ser amistosos y divertidos, pero los gatos adultos tienden simplemente a ser muy individuales. La única excepción que he visto a esta «seriedad» es cuando se les pone hierba gatera. Entonces, el gatito en cuestión entra en un estado lleno de encanto y frenesí eufórico.
Todavía no se sabe al 100% por qué los gatos disfrutan tanto de la hierba gatera, pero sí se sabe que produce una sustancia llamada nepetalactone. Este aceite volátil entra en las fosas nasales de los gatos y activa los receptores que estimulan las neuronas sensoriales. El resultado es que el gato que se transforma en su versión más lúdica. La planta en sí es un miembro inofensivo de la familia de la menta, que incluso fue utilizada por los seres humanos hace unos cientos de años por sus presuntas y leves propiedades sedantes.
Aunque la hierba gatera no hace que los seres humanos se vuelvan «locos» como lo hacen los gatos, la diferencia de tamaño no es la cuestión. En este video, podemos ver cómo incluso grandes felinos, como leones, tigres, y leopardos son todos «intoxicados» de manera similar por la hierba gatera. La razón por la que no afecta a los seres humanos de la misma manera se debe a que nuestros sistemas olfativos y nuestra química neuronal global se conectan de manera diferente, por lo que el nepetalactone no afecta de la misma a como lo hace con los gatos, y nuestro sentido del olfato es mucho más débil, lo que hace que disminuya más cualquier posible efecto.