«Simplemente seguir nadando, seguir nadando…«. Esta cita de Dory de la película Buscando a Nemo de Disney, ha sido repetida por muchos de nosotros a lo largo de los años desde que la película fue lanzada por primera vez en 2003. Es un alegre recordatorio para seguir adelante, sin importar lo dura que la situación pueda parecer. En lo personal, sé que cuando estoy en una situación de ese tipo, simplemente al pensar en el personaje de Dory me ayuda a animarme.
Sin embargo, en el caso de un pez en particular, esas palabras posiblemente no podrían ser mejor aplicadas – en el sentido más literal. En diciembre de 2015, el fotógrafo australiano Tim Samuels estaba haciendo buceo en Byron Bay (Australia) con un amigo, con la esperanza de tomar algunas fotos de tortugas a las que les gusta habitar esa zona. Byron Bay está protegida de la pesca, por lo que la vida marina es próspera, pero Samuels no se imaginaba lo que ese día captaría con su cámara. Su imágenes se hicieron virales…
¡Encontró un pez dentro de una medusa!
No hay manera de saber cómo se produjo esta situación poco probable, pero tanto el pez como la medusa estaban muy vivos. Samuels piensa que el pez pudo de alguna manera haber nadado dentro de la medusa, y después encontrarse con la imposibilidad de salir.
«El pez era capaz de impulsar a la medusa hacia adelante y controlar su movimiento hasta cierto punto«, dijo a CNET. «La medusa, sin embargo, se tambaleaba alrededor, y en ocasiones parecían atascados al hacer círculos«.
La idea de Samuels era sumergirse en el agua para fotografiar otras especies marinas, especialmente tortugas locales.
Algunos comentaristas especularon que el pez podía ser un joven jurel, ya que se conocen a veces por ocultarse entre los aguijones de las medusas para buscar protección.
Samuels dijo que estuvo siguido a la curiosa pareja por un tiempo, pero finalmente decidió «dejar que la naturaleza siguiera su curso«.
No se sabe lo que le pasó a este improbable dúo ese día. Tal vez el pez logró encontrar una salida, o tal vez fue digerido por la medusa. O tal vez, sólo tal vez, todavía siguen por ahí, como una especie de extraña pareja.
