Los equipos de rescate de animales han visto de todo, pero de vez en cuando se encuentran con un caso que los sorprende, incluso a los profesionales más experimentados. Eduardo Rodríguez había estado rescatando perros desde la infancia, cuando se encontró un animal en un estado que nunca había visto antes. El cachorro que estaba en los huesos, apenas tenía un peso de 7 kilos, fue llevado al centro de cuidado de animales que tenía en Granada, España.
Cuando Eduardo puso sus ojos en el pobre animal, sabían que tenían que actuar con rapidez o no podría sobrevivir otra noche.
Eduardo Rodríguez, dueño de un centro de cuidado de animales en Granada, España, rescató a un hambriento cachorro de 10 meses de edad, que se encontraba en un estado tan poco saludable que los voluntarios no creían que lo pudiese superar.
Con un peso de sólo 7 kilos, el cachorro estaba tan necesitado de nutrientes, que le fue colocado un gotero antes de que los empleados del centro pudieran empezar a darle de comer.
Sin tono muscular y con energía apenas suficiente para levantar la cabeza, lo más probable es que el cachorro hubiera sido privado de libertad y confinado en una jaula desde su nacimiento.
A pesar de las preocupaciones de los veterinarios, el pequeño perro había ido demasiado lejos, Eduardo lo llamó «Espagueti» y se negó a renunciar a ella. Sabía que era necesario un plan de acción inmediato para salvar su vida.
Mientras luchaba por su vida, Espagueti sólo pudo menear su cola, pero Eduardo continuó con su goteo y nunca perdió la esperanza.
Al cabo de unos días, espagueti superó el riesgo de insuficiencia orgánica e inanición y recuperó su fuerza. Al final, espagueti era lo suficientemente fuerte para dar un par de vueltas a su cuenco de agua mientras estaba de pie.
Espagueti todavía tenía un largo camino por recorrer en la lucha por su vida.
Poco a poco, ganó peso suficiente para comer comida normal.
Espagueti pronto fue capaz de comer de cinco a seis comidas al día. Su apetito parecía estar regresando.
Con el tiempo, Espagueti alcanzó un peso saludable, todo ello gracias a Eduardo y al personal amoroso del centro de cuidado de animales.
Espagueti y Eduardo se han convertido ya en los mejores amigos. Después de siete semanas de rehabilitación, espagueti está al fin disfrutando de la atención y el amor que se merecía todo el tiempo.
Eduardo decidió adoptar al pequeño cachorro al que había cuidado tanto. Ahora, Espagueti vive con Eduardo, su esposa Carolina, su hija de 14 años, y sus otros cinco perros.
La milagrosa recuperación de Espagueti fue gracias a Eduardo y su equipo increíble. Ahora, disfruta de una vida maravillosa con una familia amorosa, ¡que es lo que merecen todos los perros!