La versión más antigua que se tiene de la Biblia, la que leemos hoy, parte del Códice Amiatinus, que data del siglo VIII y se guarda en la Biblioteca Medicea Laurenziana en Florencia. Antes de eso, todo lo que tenemos son fragmentos: libros extraviados, pergaminos y otras versiones del libro.
Recientemente investigadores en Israel, utilizando una nueva tecnología de escaneo, descubrieron un fragmento del libro del Levítico (Libro de la Biblia que trata sobre los sacrificios y ceremonias de los levitas) que es, de hecho, más o menos la misma versión de la Biblia que leemos hoy en día, de acuerdo con Associated Press.
El fragmento – encontrado en un pergamino, conocido como de En-Gedi, que se encuentra un poco carbonizado y que había estado en el almacén de un arqueólogo durante décadas – data de hace más de 2.000 años, probablemente de una fecha muy cercana a la época de Jesús.
Esto confirmaría lo que muchos expertos han pensado desde hace mucho tiempo, que la Biblia moderna es de hecho tan vieja. Aunque esta es la primera vez que los investigadores han encontrado pruebas de ello.
«Esto es bastante sorprendente para nosotros«, dice el investigador desplazado hasta el Mar Muerto Emmanuel Tov a Associated Press. «En 2.000 años, este texto no ha cambiado.»
Los investigadores dieron a conocer sus hallazgos en un estudio publicado el pasado 21 de septiembre de 2016 en Science Advances, demostrando entre otras cosas, que el libro que leemos hoy en día es casi tan antigüo como pensábamos.