Su madre tiene 101 años de edad y su hijo sabe lo importante que es atesorar cada recuerdo posible. Este hombre viajaba con su madre mientras nevaba. Nevaba tanto que tuvo que detener el coche para dar la vuelta. Pero antes de ponerse en marcha de nuevo, la puerta del coche se abrió y su madre salió hasta la nieve.
Su hijo, Armand tenía una cámara cerca y no estaba dispuesto a dejar pasar esta oportunidad. ¡Y por suerte él la capturó! Era como si el tiempo hubiera retrocedido casi un siglo, cuando esta anciana era una niña a la que le encantaba divertirse con la nieve y hacer la bola de nieve perfecta, para después arrojarla lejos. Esta anciana volvía a ser durante unos instantes la niña que fue.
La risa y entusiasmo de esta mujer son contagiosos, mientras nos recuerda a todos detenernos un momento y disfrutar de estos sencillos momentos.