Penny Elms, colaboradora de Dog News Examiner, es una amante de los animales de toda la vida y ha dedicado los últimos 4 años a una organización sin ánimo de lucro de rescate de perros en Washington.
Su poema «Soy un perro, no una cosa» es una visión absolutamente conmovedora de lo que tu perro realmente siente y piensa sobre ti, a pesar de que él no pueda decirlo de una manera que entendamos.
Soy un perro, no una cosa
Soy un perro. Soy un animal que vive y respira. Siento el dolor, la alegría, el amor, el miedo y el placer.
No soy una cosa. Si me golpeo – Me voy a magullar, voy a sangrar, voy a romperme. Voy a sentir dolor. No soy una cosa.
Soy un perro. Disfruto del tiempo de juego, del tiempo en el que camino, pero más que nada, disfruto del tiempo con mi manada – mi familia – mi gente. Sólo quiero estar al lado de mi dueño. Quiero dormir donde él duerme y caminar por donde camina. Soy un perro y siento amor… me encanta la compañía.
Me gusta el contacto de una mano amable y la suavidad de una buena cama. Quiero estar dentro de la casa con mi familia, no pegado al extremo de una cadena o solo en una perrera o en un patio cercado durante horas y horas. Nací para ser un compañero, no para vivir una vida de soledad.
Detecto si hace demasiado frío o si hace demasiado calor. Experimento el hambre y la sed. Soy un ser vivo, no una cosa.
Al salir, quiero ir contigo. Si me quedo atrás, esperaré ansiosamente tu regreso. Añoro el sonido de tu voz. Haré casi cualquier cosa para complacerte. Vivo para ser tu querido compañero.
Soy un perro. Mis acciones no son dictadas por el dinero, la codicia o el odio. No sé de prejuicios. Vivo el momento y me rigen el amor y la lealtad.
No me confundas con un objeto sin sentido. Puedo sentir y puedo pensar. Puedo experimentar más allá del dolor físico, puedo sentir el miedo y la alegría. Puedo sentir el amor y la confusión. Tengo emociones. Comprendo muchas cosas de las que haces. Soy capaz de comprender las palabras que hablan de mí, pero tú no eres capaz de entenderme siempre.
Soy un perro. No soy capaz de cuidar de mí mismo sin tu ayuda. Si decides atarme y te niegas a darme de comer, moriré de hambre. Si me abandonas en un camino cualquiera, sentiré miedo y soledad. Te buscaré y te preguntaré por qué me has dejado atrás. No soy un objeto que puedes tirar y dejar olvidado.
Si decides dejarme en un refugio, estaré asustado y desconcertado. Esperaré tu regreso con cada pisada que escuche cerca de mi en la perrera.
Soy un perro – una criatura que respira y vive. Si decides llevarme a tu casa, por favor proporcióname las cosas que necesito para mantenerme saludable y feliz.
Dame buena comida, agua limpia, un hogar cálido y tu amor. No me abandones. No me patees. No me dejes cuando tu vida se vuelva demasiado ocupada. Haz un compromiso conmigo que dure toda mi vida, o no me lleves a tu casa.
Si me abandonas, no tengo la forma de cuidar de mí mismo. Estoy a merced de la amabilidad de la gente – si caigo en manos equivocadas, se acabará mi vida.
Sentiré dolor, miedo y soledad. Si termino en un refugio de animales, sólo tendré mis ojos para implorar que alguien me salve, y mi cola para mostrar que soy un amigo. Pero si eso no es suficiente, moriré.
Soy un perro. Quiero dar y recibir amor. Quiero vivir. No soy una cosa. No soy un objeto. Por favor, no me deseches. Por favor, trátame con bondad, amor y respeto. Prometo pagarte con un amor incondicional durante el tiempo que esté vivo.
Penny Elms