Tacones, planos, sandalias, botas – sea cual sea el estilo, me encantan los zapatos.
A pesar de poseer muchos, muchos pares, nunca parece que tengo los suficientes. Cada vez que paso cerca de un centro comercial o de unos grandes almacenes, hago una parada para ver zapatos. ¡Es como escuchar un canto de sirena, simplemente no me puedo negar!
Pero a veces, una vez que mis nuevos zapatos están en casa, experimento algo bastante incómodo: ampollas. Claro, a la vista mi nuevo par de zapatos parecen maravillosos – pero mis doloridos y rojos pies dicen lo contrario.
Es por eso que cuando vi este increíble truco me llamó rápidamente la atención. Al principio pensé que era una locura – pero después de haberlo probado yo misma, llego a la conclusión de que esta es la única manera de que nunca me harán daño los zapatos nuevos.
Ahora, gracias a este brillante truco, las ampollas en los pies son una cosa del pasado. ¿Quién iba a saber que podía ser tan fácil dar a mis pies tristes y doloridos el alivio necesario?
Para probar esto en casa, todo lo que necesitas es un par de zapatos nuevos, unos calcetines, y un simple secador de pelo. A los pocos segundos, sus zapatos se ajustarán mucho más cómodamente que antes.