Todos sabemos lo esquivas que pueden llegar a ser las ardillas, así como también sabemos de su voraz afán recolector. Especialmente cuando llega una época en la que escasean sus alimentos más básicos.
En el vídeo que podemos ver a continuación una ardilla extremadamente amable y juguetona encuentra un lugar cálido y agradable para almacenar su comida – ¡el interior de la chaqueta del hombre que le está dando de comer!
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Después de ser alimentada a mano con algunos frutos secos (probablemente nueces), la ardilla se sube hasta la parte posterior de este padre y guarda los aperitivos en la parte interior de su cuello. ¡Divertidísimo!