Si alguna vez te has trasladado de una ciudad a otra, sabrás que hay muchos retos que afrontar. Encontrar un lugar para vivir, cambiar la dirección de correo, aprender la jerga local. Además es posible que tengas que buscar un nuevo trabajo. Cambiar de un país a otro es aún más difícil.
Cuando Omid Asadi llegó a Inglaterra desde Irán hace varios años, no estaba pensando en hojas. Estaba probable preocupado por las mismas cosas que les preocupaban a los demás. Hasta que un día, mientras paseaba con su esposa, Elham Rafiei, empezó a pensar en las hojas. Por lo general las personas prefieren las flores. Cuando las hojas caen de los árboles, la gente simplemente las barre o pisa sobre ellas hasta que se hacen polvo. Pero Omid pensó que las hojas de su nueva ciudad eran hermosas, y dignas para hacer algo con ellas. Así que se puso a trabajar con su esposa, que es experta en el arte de la pintura en miniatura persa, y comenzó a desarrollar una manera de convertir una «basura» en un tesoro de naturaleza artística.
Como dice Omid en su declaración como artista, «Para mí el arte es la forma de mirar de manera diferente este mundo y mi alrededor. Empecé a pensar por qué nadie prestaba atención a estas hermosas hojas y las pisaba. Si se llamasen ‘flores’ la gente no pisaría sobre ellas. Quería dar a las hojas otra vida y hacer arte a partir de ellas«. También cita con frecuencia una frase de origen desconocido en referencia a su obra: «Cualquier persona puede amar a una rosa, pero se necesita una gran cantidad de amor para amar a una hoja. Es ordinario amar lo hermoso pero es hermoso amar lo ordinario«.
Las hojas están talladas totalmente a mano, la mayoría son después fijadas al papel con pegamento para madera antes de ser montado y enmarcado.
Omid Asadi utiliza tanto la propia hoja, como el espacio en blanco «negativo» para crear imágenes hermosas, intrincadas y fantásticas. Echa un vistazo a esta pieza surrealista.
Algunos de los trabajos hacen referencia directamente al medio, especialmente éste que también nos recuerda su principal inspiración para el uso de hojas: todos los demás simplemente las arrastran y las descartan.
Una de sus piezas más populares hasta ahora ha sido esta obra de fantasía, con personas que viajan lejos gracias a las pelusas del diente de león.
El nivel de detalle de algunos de los trabajos va más allá de lo extraordinario. Omid Asadi utiliza un bisturí y una aguja para tallar los agujeros microscópicos entre las venas de la hoja.
El trabajo es arduo, pero los resultados hablan por sí mismos. Especialmente cuando realmente se puede entender, esta es una hoja real que ha sido tallada con este nivel de detalle.
Pensamos que tal vez sus conocimientos de ingeniería han podido tener algo que ver con su obsesión por el detalle. ¡Ciertamente se necesita ser muy perfeccionista para hacer algo como esto!
Pero incluso su trabajo más sencillo es bastante extraordinario. Este ojo, por ejemplo.
O incluso su obra más vieja, como este recorte del Big Ben. Si bien se puede ver claramente lo lejos que ha llegado en sus habilidades técnicas, desde entonces, este diseño más simple es tan bonito como su mejor y más nuevo diseño.
Hablando de su último trabajo, ¿No te parece increíble? En algún momento se podría empezar a dividir en moléculas como siga queriendo ser más y más detallado…
Es evidente que todo el tiempo dedicado y encorvado sobre una lupa está dando sus frutos. Su trabajo ya ha sido mostrado en varias exposiciones y la gente está pidiendo a gritos comprar sus obras de arte únicas a precios de hasta 3.000 euros.
Para saber más de su hermoso trabajo, echa un vistazo a la página de Facebook de Omid Asadi. También puedes escuchar sus propias palabras sobre su trabajo en esta breve entrevista en video: