Cuando Lee Bondurant y su madre Linda fueron a cenar una noche, se sorprendieron cuando un empleado dejó sus habituales obligaciones para ayudarles y hacer que ambos tuvieran una mejor experiencia.
Five es un estudiante universitario que trabaja como camarero en un restaurante llamado Oyster Bar, y fue en ayuda de Lee cuando se dio cuenta de que estaban teniendo algunos problemas para disfrutar de su comida.
Lee tiene una parálisis cerebral que le impide usar sus manos para comer por sí mismo. Por esta razón, Five notó como Linda, su madre, tenía que hacer malabares para comer ella misma y además dar de comer a Lee.
Cuando Five vio esto desde el otro lado del restaurante, no dejó pasar la oportunidad de tratar de que la experiencia de comer de esta madre y su hijo fuera un poco más relajada.
Five llegó a la mesa y preguntó si Lee había probado las ostras. En palabras de Linda: «Lee le dijo que no lo había hecho. Por lo que Five preguntó si podía servirle una de ellas. Lo dijo de una forma suave para no avergonzar a Lee«.
«Esa fue la última bondad que me mostró«, dijo Lee a los periodistas de ABC News.
Lee, quien tiene 51 años, no está acostumbrado a dejar que nadie le ayude. Trabaja en una tienda local llamada Krogers y Lee cuida de sí mismo en la mayoría de los casos. Pero debido a su parálisis cerebral, la alimentación es una de las cosas para las que necesita ayuda.
Lee es una persona independiente en términos generales, y es muy selectivo cuando se trata de permitir que alguien le de la comida. Aunque Five era un extraño en ese momento, la autenticidad del ofrecimiento fue tan evidente para Lee que él gentilmente aceptó.
«Me gustó mucho lo que hizo, fue un acto de bondad«, dijo Lee a los periodistas de ABC News.
Un mero acto de bondad, como éste compartido entre Five y Lee, puede recorrer un largo camino para hacer que otras personas se sientan felices.