Hay que admitirlo, a todos nos gusta jugar en la nieve. Dentro de nosotros todos llevamos a un niño que sólo quiere rodar en la nieve, hacer muñecos y patinar sobre el hielo de un estanque. O tal vez prefieras acurrucarte con una taza caliente de café y ver como todos los demás juegan al aire libre desde la comodidad de tu sala de estar caliente. De cualquier manera, hay algo mágico en el despertar y ver una nevada.
Los seres humanos no son los únicos a los que les gusta jugar en la nieve. Algunos animales tienen una reacción al clima invernal francamente divertida y sorprendente. Tomemos como ejemplo la reacción ante la nieve de estos hermosos caballos. Ninguno de ellos puede esperar para correr y sentir sus pezuñas sobre el polvo fresco.
Al observar a estos caballos nos recuerdan a un grupo de niños en un día de nieve. Hay algo en su comportamiento que nos hace pensar que están teniendo el mejor momento de sus vidas. Me siento mal por la persona que tiene que llevarlos a todos después al establo, seguramente será un trabajo muy difícil.