Courtney estaba eufórica al descubrir que estaba embarazada de su tercera hija. Pero cuando Emersyn «Emmy» Faith fue diagnosticada con síndrome de Down cuando todavía estaba dentro del útero, Courtney miró a su especialista prenatal esperando aliento y apoyo. En cambio, ella recibió algo muy diferente.
La madre de tres hijos de Sanford, Florida, dice que su médico no se limitó sólo a sugerir que la interrupción de su embarazo era una opción, sino que le presionó para que lo hiciera incluso después de que ella siguiera negándose. Su médico le sugirió en varias ocasiones que abortara a su bebé con necesidades especiales, argumentando que la calidad de vida de toda la familia se resentiría.
Mientras Courtney todavía estaba embarazada, tenía muchas cosas que quería decirle a su médico en defensa de su querido bebé – pero no pudo reunir el valor para hacerlo. De hecho, tardó más de un año en escribir y enviarle por correo una carta. Finalmente, en mayo de 2016, Courtney y Emmy (ahora con 15 meses de edad) dejaron la carta en el correo juntas. Courtney también compartió sus palabras en la página de Facebook de Parker Myles, donde el post se hizo viral.
Sigue leyendo a continuación para ver lo que esta madre y su hija tenían que decir …
«Querido doctor,
Una amiga me dijo hace poco que cuando su especialista prenatal vio a su hijo durante un sonograma, le hizo el siguiente comentario: ‘Él está perfecto’. Una vez que su hijo nació con síndrome de Down, visitó a ese mismo médico.
Él miró a su pequeño hijo y le dijo: ‘Te lo dije. Es perfecto’.»
«Su historia me desgarró. Aunque estaba muy agradecida por la experiencia de mi amiga, me llenó de mucho dolor a causa de lo que debería haber tenido. Me hubiera gustado haber tenido ese doctor.
Le conocí durante el momento más difícil de mi vida. Estaba aterrorizada, ansiosa y completamente desesperada. Todavía no sabía la verdad acerca de mi bebé, y por eso le necesitaba desesperadamente a usted. Pero en lugar de apoyo y aliento, usted sugirió que abortara a nuestro hijo. Nos preguntó de nuevo si entendíamos cómo bajaría nuestra calidad de vida con un niño con síndrome de Down.
Sugirió que reconsideraramos nuestra decisión de continuar con el embarazo«.
«A partir de esa primera visita, temíamos nuestras citas. El momento más difícil de mi vida se hizo casi insoportable, ya que nunca me dijo la verdad.
Mi hija era perfecto.
No estoy enojada. No soy amargada. Estoy muy triste. Estoy triste de los diminutos corazones palpitantes que ve todos los días y que llenará de temor. Estoy triste porque se equivocó mucho al decir que un bebé con síndrome de Down disminuiría nuestra calidad de vida. Tengo el corazón roto por haberle dicho eso a una madre. Pero sobre todo estoy triste porque nunca tendrá el privilegio de conocer a mi hija, Emersyn«.
«Como ve, Emersyn no sólo nos ha dado más calidad de vida, sino que ha tocado los corazones de miles de personas. Ella nos ha dado un propósito y una alegría que es imposible expresar. Nos ha dado las sonrisas más grandes y las risas y los besos más dulces que nunca hemos conocido. Nos abrió los ojos a la verdadera belleza y al amor puro«.
«Así que rezo para que ninguna otra madre tenga que pasar por lo que yo pasé. Mi oración también es para que usted, ahora vea la verdadera belleza y el amor puro con cada sonograma.
Mi oración es para que cuando vea el próximo bebé con síndrome de Down escondido en el vientre de su madre, mire a esa madre y le vea diciéndole la verdad:
«Su hijo es absolutamente perfecto.’»