Cuando Elena Desserich tenía sólo cinco años le dieron una desgarradora noticia: tenía una forma rara de cáncer inoperable en el cerebro y los médicos le dieron sólo 135 días de vida.
Con un corazón valiente y un alma de oro, la pequeña Elena luchó contra la enfermedad con toda su fuerza.
Elena luchó contra un glioma pontino intrínseco difuso (GPID) durante nueve meses antes de que ella simplemente no pudiera continuar por más tiempo y perdiera la vida.
De acuerdo con el Instituto de Cáncer Dana-Farber, el GPID es un tipo de enfermedad que ataca el tejido glial del cerebro. Este tejido está compuesto de células vitales que ayudan a proteger las neuronas del cerebro. Los tumores del GPID se encuentran en el tronco cerebral del paciente, lo que significa que la mayoría de las funciones humanas básicas del paciente como la respiración y el ritmo cardíaco ya no son capaces de funcionar.
El padre de Elena, Keith, dijo al Daily Mail cómo la familia se negó a que el diagnóstico complicara el tiempo que le quedaba de vida con ellos.
Queríamos protegerla, así que nunca le dijimos que no podría conseguirlo.
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No queríamos centrarnos en el cáncer, queríamos centrarnos en ser una familia y hacer todas las cosas que Elena quisiera hacer«.
Mientras estaban ocupados dando a Elena la mejor vida posible durante el resto de sus días, ella estaba ocupada con otro proyecto importante que sus padres no conocían.
A lo largo de los varios meses antes de su muerte, Elena creo y ocultó cientos de notas por toda su casa. Poco sabía que estas notas iban a ser exactamente lo que su familia necesitaría para poder salir de la pena de perderla.
Muchas de las notas estaban dirigidas a su mamá y papá, pero algunos estaban dirigidas a su hermana y a otros miembros de la familia. La madre de Elena, Brooke Desserich, explicó que cada nota escrita a mano era una fuente de consuelo para el corazón roto de sus seres queridos.
Creo que las notas fue su manera de decirnos que todo estaría bien. Sentíamos como un abrazo cada vez que nos encontrábamos con una.«
Elena dejó cientos y cientos de mensajes para los miembros de su familia – de hecho, hubo suficientes notas para llenar tres cajas grandes. Notas que fueron encontradas en los cajones del tocador, entre los platos de los armarios, en cajas de fotos, en todos los sitios de la casa.
Dos años después de su muerte, sus padres decidieron recoger las notas y hacer una página web y un libro con ellas que llamaron «Notas dejadas atrás«. No sólo la gente de todo el mundo podría echar un vistazo a la vida de su increíble niña, si no que su hermana menor, Grace, sería capaz de saber como era Elena antes de que Dios se la llevara al cielo.
Afortunadamente Keith, Brooke y Grace tendrán las notas de Elena para mirar hacia atrás con cariño hasta el final de los tiempos.