Es bueno saber que sin importar a donde vayas en este hermoso mundo nuestro, siempre habrá personas por ahí que estarán felices de correr el riesgo de sufrir una lesión sólo para poder salvar una vida.
Era un día normal para un grupo de ciclistas en Francia cuando se dieron cuenta de que había algo grande que luchaba en el lateral de la carretera. Cuando llegaron un poco más cerca vieron lo que era: un caballo que seguramente estaba a punto de morir.
Después de varias horas de estar atrapado en un pequeño pero profundo pantano, este hermoso animal se fue agotando cada vez más con cada movimiento. Justo cuando por fin conseguía tener una pata libre, la otra pata se le hundía más y más profundo, lo que obligaba a su pata libre a empujar más y quedar aún más atrapado.
Parece que cuanto más se esforzaba, peor estaba. Pronto quedó claro que no viviría durante mucho más tiempo. Se habría hundido más y más hasta ahogarse, o hubiera muerto de agotamiento, o hubiera sufrido las consecuencias de no comer o beber durante días y días.
Afortunadamente, unos ciclistas vieron el problema, y al instante idearon una solución. No fue agradable, pero rodearon al caballo con todas las cuertas que pudieron encontrar, y utilizando la fuerza de todos se detuvieron y tiraron hasta que el pobre animal quedó finalmente libre. ¡Se debe haber sentido tan bien de tener las patas sobre la tierra seca de nuevo!
¡Aunque el caballo estaba un poco conmocionado, estaba sano y feliz y seguramente agradecido por sus amigos humanos!