1. Criaturas extrañas del océano: Pez hacha (Sternoptychidae)
Dadas las profundidades extremas a las que los científicos deben ir para encontrar éste espantoso y diminuto pez, poco se sabe sobre el pez hacha. Si se miran con detenimiento vemos que el nombre es muy acertado debido a su fisonomía.
Anatómicamente hablando, el tórax de color plateado del pez hacha se asemeja a la hoja de un hacha. Su nombre sin embargo es un poco engañoso; mide tan solo entre 2,54 y 12 centímetros de longitud, el pez hacha apenas impone, y mucho menos es peligroso. Eso sí, es bastante aterrador cuando se mira.
El pez hacha está dotado de propiedades bioluminiscentes que le permiten evadirse de depredadores que acechan en las profundidades. Si para usted es absolutamente necesario verlo, tendrá que introducirse con su equipo de buceo en el Pacífico, Índico o Atlántico y nadar al menos 50 metros bajo la superficie de estos océanos, ya que es donde el pez hacha habita.
2. Criaturas extrañas del océano: Pez borrón (Psychrolutes marcidus)
La apariencia sorprendentemente gelatinosa del pez borrón ha cautivado la atención de millones de personas en los últimos años. Su inconfundible aspecto de gelatina con aletas ha hecho que se le considere como el animal más feo del mundo en 2013. ¿Por qué tiene esta apariencia tan flácida? A medida que el pez borrón soporta la alta presión de las profundidades del océano, su piel se ha vuelto casi tan densa como el agua.
Se podría pensar que la falta de tejido muscular del pez borrón podría resultar un problema, pero no es así. Imagina un mundo en el que todo lo que hay que hacer para disfrutar de una fantástica comida es permanecer con la boca abierta y dejar que la gravedad haga su trabajo. Para el pez borrón, ese sueño tan dulce es su realidad cotidiana. La falta de densidad del pez borrón hace que no tenga que gastar energía para poder comer. En su lugar, simplemente abre la boca y flota, mientras come cualquier criatura marina que se encuentra en su camino.
3. Criaturas extrañas del océano: Anoplogaster cornuta
Considere al Anoplogaster cornuta como el equivalente submarino de un pitbull supuestamente amenazante pero con un corazón de oro. A pesar de su apariencia amenazante, el Anoplogaster cornuta es increíblemente bueno.
Sin embargo las imágenes del Anoplogaster cornuta ciertamente que muestran un aspecto diferente. Este pez parece la peor pesadilla de un ortodoncista, tiene los dientes más grandes de todos los peces del océano en relación a su tamaño real. Hay que tener muy buena suerte para poder vislumbrar a este animal con sus propios ojos: el Anoplogaster cornuta reside a unos 5.000 metros bajo el mar.
4. Criaturas extrañas del océano: pepino de mar (Holothuroidea)
La persistencia de estos repulsivos equinodermos es algo alucinante. Al carecer de un verdadero cerebro y cualquier tipo de órganos sensoriales, el pepino de mar está dotado de la misma capacidad mental que la comida que le da nombre. Sin embargo, el colorido pepino constituye una parte vital del ecosistema oceánico, ya que descompone detritus y recicla todos los nutrientes que encuentra.
A diferencia de los pepinos que nos gusta poner sobre nuestros ojos y en nuestras ensaladas, el pepino de mar es increíblemente flexible debido a sus niveles de colágeno. Por ejemplo, si el pepino de mar tiene que encajarse en una pequeña grieta, su colágeno se afloja y el pepino de mar será capaz de filtrarse en el entorno deseado. Cuando las situación es verdaderamente grave, el pepino de mar también pueden incluso auto mutilarse contrayendo violentamente sus músculos y expulsando algunos de sus órganos internos a través de su ano para defenderse de los depredadores.
5. Criaturas extrañas del océano: tiburón duende (Mitsukurina owstoni)
Considerado por algunos científicos como un «fósil viviente», y trágicamente ensombrecido en la cultura popular por sus homólogos, el tiburón duende lleva una existencia relativamente misteriosa en la profundidad del océano azul. El único sobreviviente existente de una familia de 125 millones de años de edad, el tiburón duende es realmente único… y feo. Pero aparte de sus características más sobresalientes (por ejemplo: su largo hocico aplanado, y las mandíbulas que sobresalen con dientes como si fueran garras), el tiburón duende es relativamente poco notable.
La mayoría de los científicos especulan que en el mundo submarino, el tiburón duende hace el papel del vecino anciano de al lado. ¿Por qué? Al igual que su vecino de edad avanzada, el tiburón duende transmite una flacidez general por el hecho de que no se mueve mucho, y además, que no lo necesita para sobrevivir. A diferencia de su anciano vecino de al lado, es muy poco probable que usted vea nunca un tiburón duende en su vida. Aunque fueron descubiertos en el siglo XIX, los tiburones duende son increíblemente raros y prefieren limitarse a las profundidades del océano. De hecho, cuando fue presentado uno en un acuario en Japón hace unos años, murió al poco tiempo.
6. Criaturas extrañas del océano: caracol lengua de flamenco (Cyphoma gibbosum)
Los coleccionistas de conchas del mundo deben ser advertidos. Aunque el caracol que aquí aparece lleva una «concha» visualmente impactante, los vibrantes y coloridos patrones no son parte de la concha en sí misma, sino el tejido vivo del molusco.
Situado en las aguas del Atlántico y el Caribe, el caracol lengua de flamenco se alimenta de desechos tóxicos del mar y, sin embargo, no sufre ningún daño. De hecho, el caracol sólo se beneficia al hacerlo. Mientras mastica estos desechos, el caracol absorbe su veneno y para disgusto de sus potenciales depredadores se vuelve él también tóxico. Aunque el caracol lengua de flamenco solía ser una criatura relativamente común, su exterior único ha hecho que sea un «souvenir» popular para los buceadores.
7. Criaturas extrañas del océano: Lophiiformes
La Lophiiforme es quizás una de las más fascinantes y extrañas criaturas marinas conocidas por el hombre. No sólo conocida por sus astutas técnicas de depredación (por ejemplo: posee una columna vertebral de la que crece una masa propia carnosa brillante, que es capaz de mover para atraer a otros animales marinos depredadores que finalmente sirven de alimento al Lophiiforme). También tiene un hábito de apareamiento bastante singular.
Cuando los científicos descubrieron por primera vez al Lophiiforme, se dieron cuenta de que casi todos los ejemplares observados eran hembras… y que estas tenían lo que parecía ser una especie de parásitos pegados a sus partes más bajas.
Resulta que esos «parásitos» eran en realidad Lophiiformes machos, cuyo insignificante tamaño tiene el único objetivo en la vida que el de encontrar y aparearse con una hembra. Una vez que encuentran una pareja femenina, los Lophiiforme macho muerden rápidamente la piel de la hembra y se funden juntos, tanto es así que todo lo que es discernible del Lophiiforme macho son dos globulos en la piel de la hembra: sus gónadas. A partir de este momento, la vida del macho depende literalmente de su huésped femenina, ya que comparten el mismo sistema circulatorio. Y, bueno, casi todo lo demás. Cuando la hembra está lista para aparearse, el macho proporcionar su esperma para que ella pueda impregnarse.
