Si me preguntas, para mí no hay mejor manera de pasar una tarde que estar viendo cosas en un mercadillo local.
No es sólo por las ofertas que se encuentran, se trata de la emoción del descubrimiento, y por la posibilidad de encontrar un verdadero diamante en bruto.
Si bien todos sabemos que las posibilidades de encontrar un Picasso o un artefacto antiguo en el jardín de tu vecino son bajas, no podemos dejar de intentarlo.
Después de todo, este tipo de descubrimientos suceden de vez en cuando, como cuando unos sobrinos desprevenidos heredaron millones de dólares de su tío gracias a un Bugatti secreto. Eso significa que debe haber esperanza para el resto de nosotros, ¿verdad?
Pues bien, esta es una de esas historia que emergen en Internet cada pocos años, una que si no la conoces te mantendrá atento durante los próximos años cada vez que tengas la oportunidad de ir a un mercadillo…
Volviendo a 2007, una familia de Nueva York vio un cuenco muy blanco a la venta y lo compraron por sólo 3 dólares.
En realidad, no sospechaban que habían encontrado algo de valor, y que no lo conseguirían evaluar hasta años más tarde – y ahí es donde la historia realmente comienza…
¿Qué opinas de lo que encontraron en un sencillo «mercadillo de garaje» como éste? ¡Háznoslo saber en los comentarios!
La familia, del estado de Nueva York, no tenía idea de que en 2007, en un tranquilo mercadillo de garaje al norte del estado, cambiaría sus vidas para siempre.
Es evidente que alguien de la familia tiene un excelente gusto y un buen ojo para los tesoros.
La familia, que han permanecido en el anonimato, vio un recipiente pequeño, muy blanco, a la venta, y lo compraron por sólo 3 dólares.
El bajo precio, estándar para este tipo de ventas ocasionales, en realidad enmascararaba un objeto de un valor increíble.
¿Qué encontraron? Un pequeño recipiente blanco, de sólo 13 centímetros de diámetro, y decorado con un motivo floral.
La familia puso el recipiente sobre un mantel, y lo tuvieron ahí durante años sin conocer el valor del pequeño objeto de arte.
Después de años de mostrar el cuenco, tuvieron curiosidad por sus orígenes, y decidieron contar con alguna opinión profesional.
Después de llevar el recipiente a un evaluador, se quedaron en shock.
Ellos podrían haberlo comprado por el precio de un café con leche, pero el experto que lo evaluó rápidamente se dio cuenta de que el cuenco valía mucho, mucho más.
De hecho, fue rápidamente identificado como un objeto de mil años de antigüedad que se remonta a la dinastía Song de China.
De acuerdo con los expertos de la casa de subastas Sotheby’s, representa un muy buen ejemplo de un estilo de cerámica popular de hace milenios en China, llamado «Ding».
En su descripción de la taza, las notas de Sotheby’s hablaban de la finura de la cerámica, la belleza del esmalte, y el precioso patrón de loto inscrito en el interior.
También se ocuparon de mencionar que «Sólo hay otro plato de la misma forma, tamaño y casi misma decoración idéntica; una pieza que está en el Museo Británico de Londres«.
Sotheby’s es una de las casas de subastas más importante del mundo, con sede en Londres y en la cual solo subastan el mejor arte y las mejores antigüedades.
Rápidamente se hizo evidente que este hallazgo de una «venta de garaje» era más que digno de ser puesto a subasta por los expertos subastadores.
Sus asesores dieron en principio un valor al cuenco de entre 200.000 y 300.000 dólares.
Pero sin embargo, y en última instancia, el cuenco se vendió en 2013 a un distribuidor de arte, por la notable suma de 2.225.000 dólares.
Si bien no puede figurar como la venta del siglo, la afortunada familia que ponía el ojo en las cosas bellas se debe todavía estar pellizcando a sí mismos por su buena suerte.
¡Vaya retorno de la inversión!