Un cazador alemán paga casi 55.000€ para disparar a uno de los elefantes más grandes jamás vistos en Zimbabwe, mientras que los conservacionistas y los guías de safaris fotográficos lloran la pérdida del «magnífico» animal.
[sc:creditos url=»https://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/africaandindianocean/zimbabwe/11934535/Huge-tusked-African-elephant-killed-by-german-hunter-in-Zimbabwe.html» enlace=»The Telegraph» ]
Es una imagen que perseguirá a los conservacionistas: una de las criaturas más majestuosas de África yacía muerta en el suelo mientras un cazador occidental se muestra orgulloso a su lado.
Apenas tres meses después del cruel asesinato del león Cecil que causó una indignación mundial, un cazador alemán se arriesga a tener la ira de los amantes de los animales, una vez más por matar a tiros a uno de los elefantes más grandes jamás vistos en Zimbabwe.
El misterio rodea la identidad del elefante, que se estima que tenía entre 40 y 60 años de edad, pero que nunca se había visto antes en el sur del Parque Nacional Gonarezhou de Zimbabwe.
Sus colmillos, que tocan el suelo en una fotografía tomada momentos después de los disparos, confirmaron su carácter excepcional, se estima que cada uno de ellos pesarían alrededor de 55 kilos.
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Sucedió el pasado 8 de octubre en una concesión privada de caza que bordea el Gonarezhou por un cazador que pagó 55.000€ por un permiso para acabar con un gran elefante macho. El ciudadano alemán fue acompañado por un representante, un experimentado cazador profesional, que se encarga de encontrar a sus clientes grandes elefantes.
El ciudadano alemán, que los organizadores de la cacería se han negado a dar el nombre, había viajado a Zimbabwe para llevar a cabo un «juego» de 21 días que incluye matar a especies de los llamados «Big Five» (cinco grandes): elefantes, leopardos, leones, búfalos y rinocerontes.
La matanza se celebró en foros de caza de todo el mundo, donde se sugirió que podría haber sido el mayor elefante muerto en África desde hace casi 30 años.
Los conservacionistas y los operadores de safaris fotográficos de la zona expresaron su indignación, diciendo que el animal era único en su clase y debería haber sido preservado para que todos lo vean.
Anthony Kaschula, que opera una empresa de safari fotográfico en Gonarezhou, publicó fotos de la caza en Facebook, dijo que el elefante nunca se había visto en la zona antes, pero habría sido celebrado por los visitantes y lugareños por igual.
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«No tenemos ningún control sobre la caza furtiva, pero sí tenemos control sobre la política de caza que debe reconocer que los animales como éste son mucho más valiosos vivos (tanto para los cazadores como para los no cazadores) que muertos«, escribió.
«A los Elefantes como estos se les debe conceder su verdadero valor como Patrimonio Nacional y debe ser prohibida su caza. En este caso, hemos fallado colectivamente al no poder asegurar de que la legislación no está en su lugar para ayudar a proteger estos magníficos animales«.
A diferencia de Cecil, el león de melena negra amado por los turistas, que fue disparado por el dentista estadounidense Walter Palmer en el Parque Nacional de Hwange utilizando un arco y una flecha en julio, el origen del elefante muerto no es conocido.
