El astrónomo que provocó la degradación de Plutón del estatus planetario espera reemplazarlo con el nuevo planeta Nueve, y cree que su caso tiene cada vez más fuerza. Todavía no tenemos una confirmación visual del hipotético planeta, pero las pruebas de su influencia están creciendo.
El Dr. Michael Brown, de Caltech lleva su condición de degración astronómica con orgullo gestionando la cuenta de Twitter @plutokiller. La degradación de Plutón, votada por la Unión Astronómica Internacional (UAI) en respuesta a los descubrimientos de Brown, fue tan polémica que 10 años después Brown todavía recibe amenazas violentas.
En enero, sin embargo, Brown se reivindicó con la propuesta de un nuevo planeta Nueve. El hipotético planeta puede estar demasiado lejos para que nuestros telescopios actuales puedan ver, pero tendría una órbita alargada que a veces lo acercaría lo suficiente al Sol como para ocasionar molestias al resto de cometas y planetas enanos que encontrara. Brown argumentó que los patrones en las órbitas de algunos de los habitantes exteriores del sistema solar indican que todos ellos han sido reunidos en su lugar por algo con una masa similar a la de Neptuno.
La última adición al caso de Brown es el anuncio en un coloquio SETI de un objeto del Cinturón de Kuiper (KBO), de «algo» que orbita entre 30 y 50 UA (unidades astronómicas), una UA es la distancia de la Tierra al Sol. El objeto, twitteó Brown: «está exactamente donde el Planeta Nueve se supone que debería estar«.
Hey Planet Nine fans, a new eccentric KBO was discovered. And it is exactly where Planet Nine says it should be. pic.twitter.com/oZn0RDq8JF
— Mike Brown (@plutokiller) 24 de marzo de 2016
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Incluso antes del descubrimiento, Brown escribió una nota junto con el Dr. Konstantin Batygin, disponible en ArXiv.org donde muestran la situación donde deberíamos esperar que el planeta nueve estuviera.
Las afirmaciones de Brown están atrayendo mucho interés de los astrónomos.
Brown y Batygin afirmaron previamente que seis KBO con órbitas excéntricas, hacen todos su máxima aproximación al Sol del mismo lado, en el mismo plano orbital y a distancias similares, a pesar de tener longitudes orbitales muy diferentes. Esto, argumentaron, era o bien una coincidencia asombrosamente poco probable, o el signo de que un objeto más grande está haciendo un poco de pastoreo gravitacional.
El último trabajo de la pareja sostiene que este objeto debe hacer su máximo acercamiento al Sol entre 200 y 350 UA y tiene una órbita inclinada 30 grados con respecto al plano en el que viajan los otros ocho planetas. Estos también aportaron sugerencias sobre dónde deben mirar los astrónomos para encontrarlo.
La idea de la localización de un planeta a través de su influencia gravitatoria no es nueva. Así se alertó a los astrónomos de la existencia de Neptuno, y ese parece ser el método por el cual descubrimos nuestros primeros planetas más allá del Sistema Solar.
Sin embargo, su fiabilidad ha sido menos que perfecta. A principios del siglo XX Percival Lowell utilizó un proceso similar para predecir la existencia de un noveno planeta. Las observaciones para comprobar su teoría condujeron al descubrimiento de Plutón, pero nunca se ha encontrado un planeta lo suficientemente grande como para que coincidiera con la descripción de Lowell.