Como cualquier otro país del mundo industrializado, Francia pierde toneladas de alimentos cada día. Pero a diferencia del resto de países, el gobierno francés está haciendo algo al respecto.
El Gobierno de Francia aprobó recientemente una ley que hace ilegal que los supermercados tiren a la basura o destruyan la comida sin vender.
La prohibición de eliminar los residuos de alimentos de supermercados fue aprobada por la Asamblea Nacional francesa con un voto unánime. Según las estimaciones oficiales, el francés promedio tira a la basura alrededor de 18 kilos de comida al año – 6 kilos de los cuales todavía se encuentran empaquetados.
La nueva ley, diseñada para acabar con el rampante desperdicio de alimentos, requiere a los supermercados que donen aquellos alimentos no utilizados como comestibles a obras de caridad para que alimenten a los más necesitados.
Los productos de alimentación que estén en mal estado deberán ser donados a las instalaciones que los convertirán en alimentación para animales.
«Hay una urgencia absoluta, las organizaciones de caridad están desesperadas por los alimentos. La parte más conmovedora de esta ley es que ayudará a los que están sufriendo«, dijo Yves Jégo, diputado de centro-derecha de la Asamblea francesa al Parlamento.
Los supermercados con una superficie de 400 metros cuadrados o más tendrán que firmar contratos con organizaciones benéficas a partir de julio del próximo año o serán multados con cuantías de hasta 75.000 euros o dos años de cárcel.
Con la nueva ley, los supermercados también deberán evitar que de forma deliberada echen a perder la comida sin vender para que no se pueda comer. En el pasado, algunas tiendas de comestibles arrojaban lejía a los alimentos para desalentar a que la gente pudiera hacer uso de ellos. Otros supermercados almacenan deliberadamente su comida en bodegas cerradas.
Según The Guardian, la ley francesa «va más allá que la del Reino Unido, donde el gobierno tiene un acuerdo voluntario con el sector de comestibles y venta al por menor para recuperar alimentos y residuos de envases en la cadena de suministro, pero no hace que sean objetivos obligatorios.»
Y ambos países van más allá de los EE.UU., que ha tomado cero medidas para abordar este asunto de la enorme cantidad de comida que acaba en los contenedores de basura en lugar de los vientres de las personas que la necesitan.