Sólo un poco antes de que finalizara 2015, sucedió algo extraordinario. Un importante meteorito que cayó en la Tierra el pasado noviembre ha sido recuperado por geólogos de Australia. Este meteorito cayó en la Tierra el 27 de noviembre de 2015, y su caída fue presenciada por los residentes de William Creek y Marree, Australia. Según los científicos, este condrito o meteorito de piedra de 1,7 kg se estima que tiene más de 4,5 mil millones de años, lo que significa que se remonta a la época del principio de la formación del Sistema Solar. Como resultado, se cree que es más antiguo que la Tierra.
La caída del meteorito también fue rastreada por una red compuesta por 32 observatorios con cámaras remotas, estacionados en todo el interior de Australia, que se llama Desert Fireball Network. Sus miembros utilizan la última tecnología para llevar a cabo el análisis de imágenes, la triangulación y otros cálculos, lo que les ayudó a saber el lugar donde había caído el meteorito. La ubicación estaba en el interior de Australia, cerca del lago Eyre. El momento de su descubrimiento fue crucial. Si los investigadores hubieran llegado unos días más tarde, la roca habría sido dañada por las fuertes lluvias.
Después de buscar durante tres días utilizando un drone, un avión no tripulado operado por control remoto, dos buscadores por la superficie del lago, así como ser orientados en la zona por los lugareños, lo encontraron el 29 de diciembre de 2015, a unos 6 km. del lago. El meteorito estaba parcialmente enterrado en un agujero de unos 42 cm., insertado en el barro espeso del lago salado y cubierto por húmedo y suave barro que se acumuló en el meteorito después de su impacto.
El profesor Phil Bland, de la Universidad de Curtin, perteneciente al Consejo Australiano de Investigación, dijo que este descubrimiento añade importancia al equipo de la Desert Fireball Network. «Este meteorito es de especial importancia ya que las observaciones de las cámaras que se utilizan para calcular las posiciones del otoño, nos permitió calcular la órbita del meteorito en el sistema solar, dando información contextual importante para futuros estudios. Esto demuestra sin lugar a dudas que esta gran máquina que hemos construido funciona realmente«.
Según los investigadores, que están a punto de comenzar un estudio a fondo de la roca, el meteorito llegó desde cierto punto entre Marte y Júpiter. El colega de Bland, Jonathan Paxman, ha declarado: «El hecho de que hemos logrado recuperar el meteorito es notable. Nuestros equipos trabajaron día y noche para tratar los datos, lo que permitió una rápida recuperación de algo que se habría perdido si hubiéramos dado con ello más tarde «.
Vale la pena mencionar la valiosa ayuda de la población indígena, el pueblo Arabana, quien contribuyó a rastrear el lugar de la caída del meteorito. Su conocimiento de la zona combinado con el equipo científico condujo al resultado más exitoso. La comunidad científica está anticipando el resultado de esta investigación, como el estudio de este meteorito que va a proporcionar a los científicos información importante acerca de la formación de nuestro sistema solar.