Aparte de cortar nuestro césped, no pasamos mucho tiempo pensando acerca de lo que está pasando debajo de nuestros pies. Y curiosamente es ahí donde algunos de los secretos más grandes del mundo se esconden. Incluso uno de ellos podría estar esperando en tu propio jardín…
Un fotógrafo ruso había oído historias de una mina de sal abandonada que se supone que contenía maravillas incalculables. Al principio era escéptico, pero cuando fue a comprobarlo por sí mismo, no lo podía creer.
PUBLICIDAD
A 200 metros bajo la superficie de la pequeña ciudad de Ekaterimburgo, Rusia, algo increíble está esperando a ser descubierto.
Es una mina de sal abandonada. Pero no es sólo un agujero vacío. También podría decirse que es una obra de arte.
Las paredes están revestidas con carnalita, que naturalmente produce patrones de remolinos de colores en las paredes de las rocas.
La carnalita es un ingrediente esencial en el abono para plantas. Pero ahora que esta mina ya no está en uso, su belleza se ha convertido en un lienzo para un escultor de gran talento.
Hay pequeñas secciones de las minas que aún están activas. Con el fin de visitarlas se necesita adquirir un pase especial del gobierno.
Por suerte para nosotros, el fotógrafo Mikhail Mishainik lo ha solicitado y ha tenido acceso a esta magnífica cueva.
Mikhail dice que a pesar de que las cuevas son hermosas, son peligrosas. Es fácil perderse, y se tiene continuamente sed debido a las partículas de sal que llenan el aire.
También es excepcionalmente peligrosa. En la parte superior existe la amenaza de deslizamientos de tierra, y hay ocasionales fugas de gas metano de las que preocuparse.
Las cuevas se extienden a través de cientos de kilómetros debajo de la superficie. Mikhail y sus amigos pasaron la noche en las minas y no pudieron explorarlas por completo.
Las imágenes que capturaban podrían haber sido arrancadas de las paredes de museos de arte moderno.
PUBLICIDAD
Y pensar que esto fue una vez un lugar de trabajo industrial. Aún se pueden ver las pistas de vagones en el suelo.
Aún se pueden ver los restos de los sistemas de rociadores instalados en caso de incendios de gas.
¡Es como estar dentro de una nave alienígena!
¡Esto es como viajar a otro planeta! ¡Me encantaría visitar esta mina, y gracias a Mikhail, no necesito hacer todo el camino hasta Rusia para ello!