A más de 300 metros por debajo de la superficie de una pequeña ciudad de Polonia se encuentra un mundo completamente diferente. Está salpicada de capillas, pasillos, cavernas, y esculturas. Todo ello hecho de una cosa… sal.
Wieliczka es un pueblo sencillo, pero que esconde un secreto increíble. Este edificio sirve como uno de los principales ejes, bajo el cual está la mina de sal de fama mundial.
Una vez dentro, hay que caminar mucho, mucho, mucho… hacia abajo.
Ochocientos diez pasos, para ser exactos.
En el interior, las cavernas pueden ser enormes e impresionantes…
O pequeñas e íntimas. Esculturas salpican algunas de las habitaciones. ¡Incluso hay capillas!
Esta otra es la capilla de Santa Kinga, una de las joyas más preciosas de toda la mina.
La capilla mayor llevó a tres hombres más de 65 años tallarla de la sal.
¡Incluso hay un lago!
Teniendo en cuenta que hay más de 2.000 cámaras y cientos de kilómetros de pasadizos, se necesitarían semanas para ver toda la mina.
No es de extrañar que la hermosa ciudad de sal fuera nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978.
La mina se mantuvo activa desde el siglo XIII hasta el siglo XXI. Produjeron en ella sal de mesa hasta 2007.
¡Tantos siglos de historia a cientos de metros por debajo de la superficie! Si alguna vez vas hasta Cracovia, Polonia, debes considerar la opción de hacer un viaje hasta a la mina de sal de Wieliczka. Aunque sólo llegues a ver una fracción de todo lo que el sitio tiene que ofrecer, seguirá siendo algo increíble de presenciar.