El bullying ha convertido en una epidemia generalizada, y parece que nadie está a salvo. Lamentablemente, las personas con necesidades especiales suelen ser objetivo de matones crueles.
Sean Maehrer es un joven que tiene el síndrome de Down. Cuando Sean se preparaba para entrar en su primer año en la escuela secundaria, su madre no pudo evitar preocuparse por él. ¿Sean sería intimidado por ser diferente? ¿Sería herido emocional o físicamente?
Su familia y amigos fueron en busca de ayuda y apoyo en Facebook. Allí expresaron su preocupación por Sean de que fuera intimidado en el primer día de la escuela secundaria y el post se difundió rápidamente.
En la mañana del 1 de septiembre de 2015, un grupo de inverosímiles héroes se detuvieron delante de la casa de Sean y cambiaron su vida para siempre …
Sean se estaba preparando para su primer día de escuela secundaria en Allentown, Pensilvania (EEUU). Debido a que tiene síndrome de Down, la familia de Sean estaba preocupada por él de que fuera intimidado por sus nuevos compañeros de clase. Por lo que entraron en Facebook para encontrar algún apoyo adicional.
Se corrió la voz rápidamente …
Clubes locales de motos, conocidos por su apoyo a las tropas y veteranos de Estados Unidos, se enteraron de la publicación en Facebook. En sólo dos días, lograron organizar una escolta muy especial para Sean en su primer día de clase.
En la mañana del 1 de septiembre de 2015, decenas de motociclistas se detuvieron frente a su casa.
Los vecinos salieron de sus casas, uno por uno, para presenciar el increíble momento en que Sean conoció a sus nuevos amigos motoristas.
Aunque estos hombres y mujeres son de buen corazón y pacíficos, es natural que sus chaquetas de cuero, sus tatuajes y sus músculos infundan intimidación a los aspirantes a matones.
Los moteros querían enviar un mensaje a los estudiantes de esa escuela para que se lo piensen dos veces antes de intimidar a su nuevo amigo Sean. El objetivo era hacer que Sean uno de los niños más populares de la escuela y que todos sepan lo que hay tras su espalda.
Los padres de Sean estaban abrumados por el apoyo. Nunca podrían haber imaginado que el primer día de la escuela secundaria de Sean sería tan especial.
Los moteros incluso dieron a Sean su propio casco personalizado.
La madre de Sean estaba llorando mientras observaba como los motoristas escoltaban a su hijo a la escuela.
La amabilidad continuó mucho después deñ primer día de Sean. A día de hoy, los moteros asisten a los partidos de fútbol de Sean y le animan desde las gradas.
Sean ha hecho unos amigos – que también son sus protectores – de por vida.