Nuestros trabajadores de la basura y correos hacen mucho para mantener nuestra sociedad funcionando sin problemas. Se aseguran de que los residuos sean transportados con seguridad lejos de nuestros hogares y que las cartas y paquetes importantes lleguen a sus destinos a tiempo. De hecho, a menudo van más allá e iluminan las vidas de las personas de su comunidad. Es natural que nos guste darles las «gracias», ¿Pero qué mejor manera de hacerlo que con un regalo directamente desde el corazón?
Ya hemos visto ejemplos de perros que aman a sus trabajadores de correos, ¿pero que sucede con los hombres de la basura? Brooklyn, una niña de Illinois, recientemente celebró un cumpleaños. Pero en lugar de pedir nuevos juguetes o ropa, le preguntó a su madre si podía celebrarlo con su hombre de la basura, Delvar. Si bien esto puede sonar como una petición extraña, tú no sabes lo que el hombre de la basura hacía con Brooklyn.
Bueno, ella en realidad nunca se había reunido con él antes, pero se aseguraba de decirle «hola» todos los jueves cuando él pasaba conduciendo por su vecindario. Así, en el cumpleaños de Brooklyn, su madre se aseguró de que su hija fuera capaz de cumplir con su héroe. Echa un vistazo a las fotos de abajo para ver el momento en que estos dos finalmente se reunen.
Estos son Brooklyn y Delvar. Todo lo que Brooklyn quería hacer por su cumpleaños era conocer a su hombre de la basura favorito y compartir con él uno de sus pastelitos de cumpleaños especiales.
De acuerdo con la madre de Brooklyn, «los jueves son, con diferencia, sus días favoritos.» Lo has adivinado, los jueves son los días de la basura, y Brooklyn siempre mira para ver la sonrisa de Delvar.
En el cumpleaños de Brooklyn, su madre indicó a Delvar que se detuviera al lado de ellas. «Se detuvo, se bajó de su camión, y nos ofreció su gran sonrisa. Brooklyn se quedó al instante sin palabras mientras le entregaba su pastelito«, dijo su madre.
Ella explicó a Delvar lo que sus sonrisas semanales significan para su hija. ¡Para su sorpresa, Delvar respondió diciendo que él también esperaba verlas a ellas cada semana! Después de despedirse, Delvar las dejó y Brooklyn y su madre se fueron a la guardería. Su madre se dio cuenta de que estaba más tranquila de lo habitual en el asiento trasero, y cuando le preguntó si pasaba algo, Brooklyn respondió diciendo: «Mami, estoy tan feliz«.
¡Pero su historia no termina allí! La siguiente semana, Delvar volvió con algunos regalos que él le había comprado a Brooklyn.
Delvar se salió de su ruta ese día y con su dinero compró regalos para hacer que el cumpleaños de Brooklyn fuera tan mágico como fuera posible.
Su madre concluyó diciendo: «Gracias por la alegría que traes a Brooklyn todos los jueves por la mañana, por hacer su cumpleaños especial, y por hacer feliz a mi corazón. Puede ser algo pequeño lo que haces, ¡pero significa mucho para nosotras!«.
Delvar y Brooklyn son dos personas que realmente conocen el significado de la comunidad.
