Aunque las futuras mamás están con sus bebés cada segundo del embarazo, no pueden esperar para ver la pequeña nariz de su bebé, sus ojos y sus regordetas mejillas. Pero como no pueden ver la cara de su bebé hasta el nacimiento, las ecografías son la mejor alternativa.
Tammy González no podía esperar para ver a su bebé cuando ella entró a las 17 semanas para hacerse una ecografía, pero cuando apareció el bebé en la pantalla se dio cuenta de una gran masa que había junto a su boca. Al principio, ella pensó que era sólo su bebé que soplaba una burbuja en el útero, pero cuando alzó la vista hacia el rostro del doctor, supo que no era tan inofensivo.
Los médicos dijeron a Tammy que la masa que sobresalía del techo de la boca del bebé era un teratoma, un tumor de rápido crecimiento que probablemente causaría un aborto involuntario si el bebé no era abortado.
Cuando Tammy rechazó ambas opciones, los médicos le explicaron que había otra posibilidad, pero era muy arriesgada, ya que nunca se había hecho antes. «Les dije: ‘quiero hacerlo’«, dijo Tammy. Pues estaba de acuerdo con la cirugía endoscópica. «Hagámoslo.»
El Dr. Ruben Quintero hizo una pequeña incisión en el saco y cortó el tallo del tumor, que se desprendió. «Fue increíble«, dijo Tammy. «Fue como si un peso de 500 toneladas se hubierea desprendido de mí.»
El tumor se mantuvo flotando en el saco amniótico durante el resto del embarazo, pero se redujo en el momento en que Tammy dio a luz a su bebé sano. «Está perfectamente bien«, dijo Tammy dos años más tarde hablando de su hija. «Tan sólo tiene una pequeña cicatriz en el techo de la boca. Habla; bebe. Es mi pequeña niña milagro «.