Los niños son criaturas curiosas. Están constantemente explorando y experimentando, que es una parte saludable para aprender y crecer, pero a veces puede ser doloroso. Aunque los niños siempre están recibiendo arañazos, magulladuras e incluso a veces algún hueso roto, el daño puede ser a veces más grave e incluso irreversible.
Un clásico juguete en casi todas las casas puede ser visto de manera diferente por niños y padres de ahora en adelante. Los punteros láser han sido uno de los juguetes favoritos de la infancia durante muchos años, y por lo general son vistos como relativamente inofensivos. Por desgracia, un niño de ocho años de edad ha sufrido una quemadura térmica y daños irreversibles en los ojos mientras jugaba con un lápiz láser. Ahora, su madre está instando para que este juguete no tan inofensivo sea prohibido.
Jonny Marshall estaba divertiéndose en la feria de la escuela de su hermana cuando se encontró con un lápiz láser en uno de los puestos de vendedores. Después estuvo rogando a sus padres todo el día, hasta que finalmente cedieron y le compraron el juguete.
Jonny estaba jugando con su juguete nuevo en casa cuando apuntó con el láser a sus ojos por curiosidad, dejándolo con una quemadura térmica y daños permanentes en su retina en un cuarto de segundo.
De acuerdo con el Centro de la FDA para Dispositivos y Salud Radiológica, los punteros láser tienen entre 3 y 5 milivatios (mW), lo que está dentro del rango de seguridad (Estados Unidos). No ha habido informes de daños en los ojos con estos láseres, por lo que están etiquetados correctamente. Sin embargo, algunos láseres que se importan van muy por encima de los límites de seguridad federales, lo que pueden suponer un riesgo para los que los compran y usan.
El Reino Unido también tiene sus propios límites de seguridad. «Si hubiera estado dentro de los reglamentos del Reino Unido, no habría sufrido el daño«, dijo la madre de Jonny, Angela Marshall. «Pero, por desgracia, se ha importado y por lo tanto era un láser de clase 3B, que está entre 5 y 500 milivatios«. Los láseres de clase 3B con ese rango pueden causar daños en los ojos en una fracción de segundo, incluso desde una distancia de hasta 100 metros.
Un caso similar se produjo a finales del año pasado, donde un adolescente de 14 años de edad, también sufrió un daño instantáneo e irreversible en los ojos después de mirar a un láser. Aunque no sintió dolor durante el incidente, perdió el 75% de su visión, y los médicos dicen que probablemente será incapaz de recuperarse.