Cuando los agentes de policía en Roswell (EEUU), fueron llamados a una playa de estacionamiento para rescatar a un perro jadeando en el asiento trasero de un coche cerrado, la temperatura exterior eran unos sofocantes 36 grados. Sin embargo la temperatura en el interior del coche, donde el perro se había quedado solo, era de 65 grados.
Un vídeo grabado por los policías y subido a la página de Facebook de la Policía Roswell muestra como leen en voz alta los resultados del termómetro. Las ventanas delanteras del coche se habían dejado abiertas, pero el coche seguía calentándose a temperaturas extremas, y el perro atrapado en el interior estaba en peligro.
Los policías sacaron al perro del coche, le refrescaron con una manguera y le dieron de beber mucha agua, antes de denunciar al negligente propietario por crueldad animal.
«Pocas cosas nos entristecen más que ver a un perro en peligro«, explicó la policía de Roswell en un post de Facebook. «Mientras que el dueño del perro estaba de compras en la tienda Fresco, disfrutando de su aire acondicionado, su animal estaba sufriendo en el interior del vehículo un sofocante calor«.
El departamento de policía añadió una actualización para todos los amantes de los animales que habían comentado al ver al perro, diciendo que el perro estaba bien.
Durante el verano, los perros nunca deben dejarse solos en un coche. De acuerdo a la ASPCA (Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales), «en un día de 25 grados, la temperatura dentro de un automóvil estacionado puede llegar a 71 grados. Incluso con las ventanas abiertas«.
Y los coches se pueden calentar en cuestión de minutos, por lo que incluso si sólo se va a realizar un recado rápido, no vale la pena correr el riesgo.