Cuando la ciudad de Nueva York decidió poner en práctica políticas para prohibir los perros grandes de la red de metro, los dueños de mascotas decidieron tomarse las cosas en serio. La regla dice que los perros que quepan en una bolsa de viaje se considerarán aptos para ir en el metro. Desafío aceptado.
En la superficie, parecía que cualquier perro más de 4,5 kg no pasar el corte, pero estos habitantes de la ciudad fueron todos muy ingeniosos para vencer al sistema de la mejor manera.