Hace un calor terrible y estás sudando profusamente. Parece que nada de lo que hagas dará ningún tipo de respiro frente al calor opresivo. Intentas beber un vaso de agua fría y ponerte delante del aire acondicionado, pero nada parece funcionar.
Al final tienes una idea: ¡hay que ir a una piscina! Tomar un baño es justo lo que se necesita para curar la fiebre del calor. Pero hay un pequeño problema: no tienes una piscina, y no conoces a nadie que la tenga. ¿Cómo vas a hacer que tus sueños de natación se hagan realidad?
Fácil. Creando tu propia piscina, al igual que estas personas hicieron…