En el árido paisaje del desierto del norte de Arabia Saudita, una antigua tumba semi-tallada en una sola roca se eleva hasta una altura de unos cuatro pisos. Conocido como Qasr al-Farid («el castillo solitario»), la estructura sin terminar se remonta al siglo I despues de Cristo, concretamente al reinado de los nabateos. Situado cerca del sitio preislámico de Mada’in Saleh (también conocido como Hegra) a unos 1.400 kilómetros al norte de la capital, Riad, Qasr al-Farid es una de las 131 tumbas monumentales que fueron talladas hace siglos en la zona.
Mada’in Saleh fue un asentamiento más al sur y el segundo mayor del reino nabateo después de Petra, su capital en la actual Jordania. La antigua ciudad se remonta al siglo II antes de Cristo, cuando fue establecido como un puesto estratégico en una importante ruta comercial que conectaba el norte y el sur de la península, así como las ciudades importantes en todo el Mediterráneo.
Qasr al-Farid es el símbolo más emblemático de Mada’in Saleh. Su fachada impresionante, recortada de un afloramiento solitario de piedra arenisca, nos permite ver cómo los nabateos cincelaban sus edificios desde arriba hacia abajo. Aunque la tumba nunca fue terminada, se ha mantenido en muy buen estado gracias al clima árido. El «castillo solitario», así como los monumentos de los alrededores, han disfrutado de una renovada fama después de que la UNESCO proclamara a Mada’in Saleh como Patrimonio de la Humanidad en 2008, convirtiéndose en el primer sitio Patrimonio Mundial de la Arabia Saudita.