El Día de la Madre viene y se va, pero este regalo de cuatro adorables niños islandeses seguramente durará toda la vida.
Gísli es un ortodoncista y padre de cuatro hijos, de modo que cuando se acercaba el Día de la Madre, se decidió a combinar dos de sus grandes amores en un regalo épico para su esposa.
Llenó una cubeta con el material de impresión que utiliza con más frecuencia para la creación de moldes para dientes y les dijo a sus hijos que sumergieran sus manos en él. Después de 10 minutos de estar todos lo más quietos posible (el más pequeño lo hizo sorprendentemente bien al permanecer muy paciente), sacaron sus manos y se quedaron con un molde. Gísli vertió una mezcla de un material similar a la escayola o yeso en el molde… ¡Y el resto mejor te dejamos que lo veas, pero te aseguramos que te sorprenderá!