Un buscador de oro nazi afirma haber encontrado finalmente el infame tesoro saqueado a Rusia durante la Segunda Guerra Mundial y que está valorado en 250 millones de libras.
Bartlomiej Plebanczyk – del Museo de Marmerki de Polonia – dice que ha dado con una sala subterránea hasta ahora desconocida durante una sonda de radar en un complejo de túneles y búnkeres nazis.
Cree que podría contener oro nazi saqueado y la asombrosa «Sala de Ámbar«, robada hace más de 70 años desde el Palacio de Catalina, cerca de San Petersburgo, Rusia.
La habitación – que mide 2 x 3 metros – no ha sido previamente registrada en ningún estudio de los búnkeres del distrito del lago Mazrian de Polonia.
Ahora Plebanczyk intenta obtener el permiso para profundizar en la habitación y poder bajar una cámara de vídeo para inspeccionar el contenido.
La zona fue sospechosa de tener un edificio secreto en la década de 1950 después de que el comandante nazi de Prusia Oriental, Erich Koch, hiciera alusión a su existencia cuando fue encarcelado tras la guerra.
Pero Plebanczyk dijo a los medios locales: «Entonces los zapadores llegaron a buscar lugares al azar en las bases de búnkeres, pero no se encontró nada«.
«Sin embargo, he utilizado un radar de penetración de tierra, para poder descubrir el tesoro«.
Hablando de su supuesto descubrimiento, Plebanczyk dijo: «Tenemos que perforar en la habitación del bunker y bajar una cámara de vídeo hasta allí«.
«Sin embargo, tenemos que esperar al consentimiento de los funcionarios del departamento de conservación«.
La Sala de Ámbar era una sala interior de un palacio, era de color ámbar y había sido adornada a mano con piedras preciosas y oro para los zares y ha estado desaparecida desde que fue despojada del palacio de Rusia en 1941.
Los expertos dicen que hoy valdría la pena más de 350 millones de libras (unos 450 millones de euros).
La ubicación de la Sala de Ámbar y un tesoro de oro nazi desaparecidos desde 1945 han sido dos de los grandes misterios de la Segunda Guerra Mundial.
La región de los lagos Mazrian contiene uno de los complejos mejor conservados de cuarteles y búnkeres nazis no dañados.
Entre 1940 y 1944 los 250 edificios alojaban a más de 40 de los generales de más alta graduación y mariscales de campo de Alemania, además de otros 1.500 oficiales y soldados.
Han sobrevivido en gran parte intactos porque los alemanes que huyeron no tuvieron tiempo para destruirlos cuando trataban de escapar de la invasión de las tropas rusas.
En el apogeo de su poder, se pensaba que el complejo debía ser una fortaleza impenetrable, donde los tesoros saqueados estarían a salvo. Había vallas de alambre de espino, trampas para tanques, cañones antiaéreos y tenía su propia división de tanques Panzer de guardia.