Esto sucede con demasiada frecuencia. Tal vez con más frecuencia de la que nos gustaría pensar. Hay tantas madres, hijas y mujeres que viven en un desgarrador silencio que la mayoría de nosotros no nos lo podemos ni imaginar. Saundra Crockett es una de esas mujeres. Esta madre de dos hijos tenía toda la vida por delante, hasta que su marido se convirtió en su maltrador.
El maltrato fue emocional y físico. Llevaba la evidencia en su cara – su marido la golpeó tan mal, que Saundra contrajo una infección que comenzó a comerse el tejido de su rostro. Aún así, decidió ocultarlo y llevó una máscara durante 12 años de su vida.
Un día, Saundra decidió valientemente que ya era suficiente y ella y sus hijos se alejaron de la terrible situación. Pero cada vez que se miraba en el espejo, recordaba constantemente lo que su marido le hizo. Hasta que conoció a una mujer llamada Deborah Alessi…
Cuando Saundra Crockett se casó con su marido, nunca se imaginó que se convertiría en su maltratador. A los 28 años, la joven madre de dos niños se había convertido de forma devastadora en víctima de la violencia de género.
El marido de Saundra golpeó su cara tan mal, que tuvo una infección que comenzó a comerse su cara. La madre llevó una máscara en público durante 12 años.
En el primer hospital al que fue le dijeron: «Tienes tres días de vida y es probable que no lo consigas«, dijo Saundra a CBS.
Saundra sobrevivió e hizo algo valiente: se propusó salir con sus hijos de esa situación horrible. Aún así, la familia tuvo que adaptarse a su nueva vida. Saundra y sus hijos también tuvieron que adaptarse a su nuevo rostro.
«Podían oír mi voz así que sabían quién era yo, pero no sabían quién era yo debido a mi cara«, dijo. «Fue bastante horrible«.
Después apareció Deborah Alessi, una sobreviviente de la violencia doméstica. Alessi y su marido comenzaron una organización sin ánimo de lucro llamada Face Forward. La organización proporcionó a Saundra apoyo interior y exterior. No sólo le proporcionó cirugía reconstructiva, también le dieron orientación.
Todo fue completamente gratis, pero había una condición: Saundra tendría que pagar más adelante ayudando a otra persona en la misma situación.
Hermoso.
Antes de la cirugía, Saundra no podía cerrar su ojo izquierdo ni abrir su boca lo suficiente para comer. Hoy en día no tiene ningún problema de vivir su vida sin una máscara.
«Estoy mil veces mejor de como estaba cuando esto me sucedió. No creo que pueda describir lo horrible que era «, dijo Saundra. «Si puedo hablar con una persona y darle esperanza de que esto no tienen que pasarle, creo que mi trabajo estará hecho«.
Mira a continuación la increíble transformación de esta valiente madre .
