Emma Roberts vio el accidente que cambiaría su familia para siempre. Con sólo seis años de edad, ella fue la única testigo.
Cinco años antes, Brad Roberts, un oficial del Departamento del Sheriff del Condado de Orange, Florida (EEUU), decidió cortar el césped con su hijo, Jacob, en su regazo.
Jacob, de cuatro años, se sentía enfermo ese día, así que después de un rato, Brad dejó el cortacésped John Deere en la puerta trasera y dejó a su hijo en casa (vio como se quedaba tras la puerta), y se puso los auriculares de nuevo para terminar el trabajo de cortar el cesped.
De repente, cuando Brad estaba retrocediendo para cortar entre la cerca y el cobertizo, golpeó algo duro. Horrorizado, Brad se dio cuenta después de unos segundos de que había golpeado a Jacob. De inmediato se puso en acción:
«Alejé la cortadora de césped del cuerpo de Jacob y grité a mi esposa para que llamara al 911«.
Jacob estaba sangrando profusamente, pero Kim y Brad fueron capaces de llegar al hospital a tiempo para que los médicos pudieran salvar su vida.
Jacob ha sufrido numerosas cirugías de injerto de piel en el Hospital Arnold Palmer desde el accidente. Los médicos tomaron piel de sus muslos para reconstruir su mentón, y al final tuvieron que quitarle todos los dedos de su mano izquierda.
A pesar de la necesidad de reconstruir gran parte del lado izquierdo de su cara y la barbilla, y la pérdida de los dedos de una mano, la persistencia de Jacob era evidente. Sólo unos días después de la cirugía, se había levantado y andaba en bicicleta por los pasillos del hospital:
Tras el accidente, la familia Roberts estaba decidida a encontrar curación y significado en medio de todo el dolor y confusión.
Brad Roberts dijo al medio IJReview que su momento de claridad vino cuando él estaba sentado en el hospital:
«Es algo que nunca me perdonaré, pero Jacob está vivo y va a estar bien. Yo siempre digo que los accidentes ocurren por una razón. Una vez que el proceso de duelo termine, seré el hombre de familia que necesitaba ser«.
Kim dice que ella tomó la decisión de centrarse en lo positivo después de enterarse de que los médicos no podrían salvar el pulgar izquierdo de Jacob:
«Nuestra misión era salvar lo principal, pero estaba empezando a ponerse negro. Cuando el médico nos dijo que tendrían que eliminarlo, mi padre dijo: ‘Dios, ojalá hubiera podido mantener ese pulgar‘.
Dije: ‘No nos vamos a poner tristes por lo que ha perdido. Él todavía está aquí. ¿Es bueno centrarse en lo negativo?’»
Agrega que el accidente era parte del plan de Dios para su familia, porque la historia de Jacob ha tocado a muchas personas. Ella incluso dejó su trabajo como ingeniero para seguir su sueño y convertirse en maestra:
«El accidente puso más énfasis en nosotros cuatro. Trabajé muchas y largas horas como ingeniero y el accidente me hizo dar un paso atrás. Casi pierdo la oportunidad de ver las cosas que ocurrían con los niños mientras yo estaba en la oficina«.
Hoy en día, Jacob está feliz y sano y sus médicos están impresionados por la forma en que ha sido capaz de adaptarse:
Jacob siempre encuentra maneras de hacer algo donde él necesitaría ayuda. Siempre dice ‘Quiero hacerlo. Quiero hacerlo’«, dijo Brad.
Ahora es un niño activo de 9 años que juega al fútbol:
Le encanta nadar:
Y quizás lo más importante de todo, pasa tiempo con su familia:
Tanto Jacob como Emma ven a un terapeuta para hablar sobre el accidente y seguir avanzando.
Kim dice que si su historia ayuda a una sola persona a encontrar la fuerza para seguir adelante después de un accidente familiar o una tragedia, entonces la historia de Jacob habrá hecho lo que se supone que debe hacer.