Si un árbol cae en el bosque y no hay nadie allí para oírlo, ¿hace ruido? Aunque la pregunta ha intrigado a la humanidad durante incontables generaciones, recientemente hemos obtenido la respuesta a una pregunta diferente, pero igualmente impresionante: ¿cómo es la música de los árboles? Eso es lo que el artista Bartholomaus Traubeck decidió averiguar al crear el primer tocadiscos de árboles del mundo.
En lugar de un disco de vinilo, el tocadiscos de Traubeck utiliza una sección transversal de un tronco de árbol y usa la luz para traducir los diferentes colores y texturas de los anillos de los árboles en notas e instrumentos musicales. Debido a que cada árbol tiene su propia configuración única de anillos, cada árbol tiene su propia «canción» única. Esencialmente, Traubeck ha creado una potencialmente ilimitada biblioteca de «grabaciones».
La tecnología detrás de este «tocadiscos de árboles» tampoco es realmente tan loca. Sólo hacía falta una cámara PlayStation Eye y un motor modificado para controlar el brazo. Los datos recogidos por la cámara se transmiten a un ordenador y son interpretados en un piano por un programa llamado Ableton Live. Las canciones en sí son de una belleza inquietante, aunque no son exactamente melódicas en un sentido tradicional. Suenan casi como la música de fondo de una película o documental de arte moderno y en alguna ocasión son especialmente angustiosas. Los estudiantes de música también pueden encontrar similitudes con las obras de algunos compositores modernos, que hacen hincapié en la disonancia.