ADVERTENCIA: Imagen y vídeo con contenido muy gráfico.
Esta es la cara de uno de los festivales o «fiesta» más crueles conocidas por el hombre.
Un toro llamado Rompesuelas, fue la última y desafortunada víctima de un festival llamado Toro de la Vega que se celebra todos los años en Tordesillas, España.
En el terrible ritual, el animal presa del pánico fue expulsado de la ciudad por un grupo de hombres armados con lanzas, algunos de los cuales iban a caballo. Durante 20 minutos, una multitud sedienta de sangre rodeó y torturó al confundido toro.
En el video que se puede ver a continuación se muestra una visión del horror que el pobre animal experimentó antes de morir. Rodeado de hombres ansiosos, el toro sangrante apenas puede pelear por su vida, confusamente de pie en el centro de la multitud sólo puede estar asustado, mirando hacia aquellos que sólo buscan la ocasión para matarlo.
En un momento dado un hombre (Francisco Alcalá, alias «Cachobo») corre hacia él con una larga lanza, y lo enlanza cuando pasa – el toro simplemente se detiene, asustado, ya que ha sido herido de muerte. La sangre comienza a fluir de la herida, empapando su pata de color rojo. La sangre se mezcla junto a la que mana de una herida abierta en la espalda. Tropieza, luego cae, derrumbándose en el suelo mientras los hombres a su alrededor saltan excitados de alegría.
Después un hombre se acerca para acariciar al toro, agarrando su cuerno mientras los ojos moribundos del animal miran perdidos hacia la cámara.
Todo lo sucedido se supone que es una «competición», aunque la muerte del toro aún tuvo menos sentido cuando los directores del sanguinario espectáculo declararon que no había ganador debido a que se habían roto las reglas oficiales.
No hay duda de que esta «fiesta» llamada «Toro de la Vega» es pura crueldad, una forma ritualizada de la tortura a animales diseñada para el placer de las personas involucradas. Pero mientras que el 74 por ciento de los ciudadanos españoles se oponen a la práctica, según un sondeo encargado por la Humane Society International (HSI), los políticos locales se han aferrado a la cruel tradición por temor a la reacción de la sanguinaria minoría local.
Cada año miles de toros son asesinados y torturados en fiestas españolas como ésta. Es fácil que el dolor individual de cada animal que es sacrificado sea oscurecido por los números, pero basta una mirada a los ojos de Rompesuelas para mostrarnos que incluso para un toro como éste, experimentar un final así es simplemente demasiado.