Cuando esta tortuga boba de 45 kilos fue alcanzada por una hélice de barco, su mandíbula, así como su vida, se quedó pendiente de un hilo.
El pico de las tortugas marinas es su instrumento de caza y por lo tanto vital para su alimentación. Sin el, habría sido incapaz de alimentarse por sí misma y probablemente hubiera muerto de hambre.
Por suerte, la tortuga fue sacada del agua antes de que fuera demasiado tarde. Y fue trasladada a un centro de rescate en Turquía, donde la empresa de impresión 3D, BTech Innovation, escaneó la cabeza herida y creó una prótesis de titanio para el pico.
Por lo que sabemos, ésta es la primera vez que una tortuga recibe un implante impreso en 3D. La tortuga, llamada Akut-3, está descansando en un centro de recuperación para asegurar de que se ha adaptado a la mandíbula de metal. Si todo va bien, debería ser capaz de valerse por sí misma muy pronto.
Conozca más sobre la historia de Akut-3 y su mandíbula biónica en el vídeo a continuación.
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