Es difícil ver a un animal sufrir. Ya se trate de las condiciones de vida deplorables o la razón por la que los animales son criados, nos toca a nosotros tomar una posición para asegurar que los derechos de los animales están siendo protegidos.
Para la vaca Emma, una de las experiencias más traumáticas de su vida fue cuando estaba siendo trasladada desde el lugar que siempre había conocido como su hogar. Tras el cierre de su granja, era incierto lo que se haría con ella. Para muchas vacas, circunstancias como esta por lo general suelen terminar con un viaje al matadero. Pero por suerte para Emma, su historia no termina aquí. Gracias a los esfuerzos del santuario Kuhrettung Rhein-Berg en Alemania, el futuro de Emma sigue siendo brillante como siempre.